Pero las traiciones se hacen de forma diferente y entre su papá y yo decidimos qué esa noche que para mí es la más mágica y especial del año la pasaran conmigo, hasta este año que no va a poder ser.
Y no os voy a negar que es duro, envolver y colocar los regalos bajo el árbol a las 6 de la tarde, sabiendo que nadie vendrá a pillarte con las manos en la masa, que no hace falta poner los vasos de leche con galletas ni el agua ni el pan para los camellos es duro, no dejar los zapatos limpios para que sus majestades sepan quien vive en esa casa...
Siempre, desde que tengo conocimiento de que sería madre, tengo una regla. 4 regalos por niño.
Uno que él decida y que le haga verdadera ilusión, otro que necesite, algo de ropa y un libro.
Desde que estaba embarazada de J, pedía a mis familiares uno de esos regalos, para que cumpliéramos todos con la regla de los 4 y todos estuviéramos contentos.
Pero desde hace 3 años, ya no estábamos todos juntos y ellos decidieron que lo que llevábamos haciendo desde que nacieron, ya no tenía valor.
Y no fue solo la familia política, sino que la mía propia también decidió que no iban a preguntar al niño (ni a la madre) que es lo que quería para Reyes, por lo que la regla de los 4 regalos y la opinión de la madre ya de poco valían.
El año pasado nos juntamos con 9 regalos para cada niño, aunque su padre y yo nos pusimos de acuerdo para hacer la carta conjunta (al menos que no se duplicara ningún juego) Pero os diré que en Marzo, nada de lo que sus Majestades habían decidido traer le habían dado uso.
Y el día que vengan a recoger sus regalos, cogeré a mis niños y escribiremos juntos la carta de agradecimiento de ellos hacia los Reyes Magos, porque estemos juntos o separados la tradición de contestar, pienso seguir manteniendola.
Y no os voy a negar que es duro, envolver y colocar los regalos bajo el árbol a las 6 de la tarde, sabiendo que nadie vendrá a pillarte con las manos en la masa, que no hace falta poner los vasos de leche con galletas ni el agua ni el pan para los camellos es duro, no dejar los zapatos limpios para que sus majestades sepan quien vive en esa casa...
Son tradiciones que queremos que seguir cumpliendo, pasen los años que pasen, y pasen las cosas que pasen.
Siempre, desde que tengo conocimiento de que sería madre, tengo una regla. 4 regalos por niño.
Uno que él decida y que le haga verdadera ilusión, otro que necesite, algo de ropa y un libro.
Desde que estaba embarazada de J, pedía a mis familiares uno de esos regalos, para que cumpliéramos todos con la regla de los 4 y todos estuviéramos contentos.
Pero desde hace 3 años, ya no estábamos todos juntos y ellos decidieron que lo que llevábamos haciendo desde que nacieron, ya no tenía valor.
Y no fue solo la familia política, sino que la mía propia también decidió que no iban a preguntar al niño (ni a la madre) que es lo que quería para Reyes, por lo que la regla de los 4 regalos y la opinión de la madre ya de poco valían.
El año pasado nos juntamos con 9 regalos para cada niño, aunque su padre y yo nos pusimos de acuerdo para hacer la carta conjunta (al menos que no se duplicara ningún juego) Pero os diré que en Marzo, nada de lo que sus Majestades habían decidido traer le habían dado uso.
Y por qué os cuento esto, pues porque como dice Marta de Tribu Magnolia, no importa el día, sino estar con la familia, y si no puedes estar en Nochebuena o el día de Reyes, puedes igualmente hacer que cualquier día sea especial si le pones ilusión.
Yo seguiré escribiendo la carta que sus majestades dejan todos los años a mis hijos, explicando el porqué de esos regalos.
Y el día que vengan a recoger sus regalos, cogeré a mis niños y escribiremos juntos la carta de agradecimiento de ellos hacia los Reyes Magos, porque estemos juntos o separados la tradición de contestar, pienso seguir manteniendola.