Navidad

12/23/21

Ahora que se acaba el año y hacemos balance de todo lo que hemos vivido, a mi siempre se me aparece la pregunta de QUÉ HABRÍA PASADO SI…. 

Yo estuve muchos años luchando contra mi misma, principalmente por miedo a lo desconocido, por miedo al qué dirán y por miedo a no ser suficiente. 





Desde los 4 meses de estar casada ya quería separarme y no fue hasta 10 años después que tuve el valor de hacerlo. Y desde la primera navidad que pasé separada me dí cuenta de todo lo que me había perdido por miedo, de toda la vida que había desaprovechado y sobre todo de cuando había cambiado y entregado por “estar”. 


Hace poco, tuve un accidente muy grave y frené de golpe toda mi vida, mi trabajo. mis hijos, mis rutinas… Todo se paró y empecé a pensar en que era lo que realmente echaba de menos, lo que era incapaz de soltar y renunciar a ello. Pues créeme que lo único que no estaba dispuesta a abandonar eran mis hijos. el resto, la familia, el trabajo, mi vida, mi libertad… Todo era secundario. 


De hecho, el accidente me ha hecho recapacitar sobre todo lo que estaba haciendo mal en esta vida y créeme que eran muchas cosas, yo pasé de estar sometida a una pareja, a poco a poco estar sometida a un trabajo. Yo amo mi trabajo, como amaba a mi marido, pero las cosas malas de mi pareja me hacían refugiarme cada vez más en el trabajo, y cuando me separé era mi salvavidas, lo único fiable y donde yo me sentía segura. Todo alrededor estaba cambiando menos mi trabajo, ahí yo mandaba y era la reina  (o esa era mi sensación). Hasta que eso también falló, y me di cuenta de que no era la reina, que yo no mandaba sobre él, sino él sobre mi, que todas las decisiones que afectan a mi vida personal vienen supeditadas por mi trabajo, vacaciones, horarios, turnos de custodia, vida privada, parejas… 

Todo orbitaba en base a algo que me hacía dejar de tomar decisiones, anteriormente era mi pareja, a la que dejé que tomara decisiones por mí (hijos, casa, estilo de vida, …), y cuando eso se acabó dejé que mi trabajo tomara de nuevo el mando de mi vida, y no vayas a pensar mal, yo era feliz con mi trabajo, me sentía valorada, imprescindible, capaz y empoderada.


Por eso, el accidente, que en principio debería haberme hundido, (pues allí estaba yo, con 36 años y empotrada en una cama, quién sabe si para siempre) fue lo que me rescató de mi vida, yo solamente agradecía cada hora de cada día estar en una cama de hospital, con medicación y sin poder moverme, y a día de hoy 76 días después, aún doy gracias por esta gran oportunidad que me ha dado la vida de tomar las riendas de una vez. 


Por eso, este es mi regalo para tí, quiero ayudarte a que no desaproveches 13 años de tu vida, a que te enfrentes al valor de tomar las riendas y ser quien quieras ser. 

Te dejo este cuestionario para que lo respondas tú sola, en silencio pero siendo totalmente sincera contigo misma. Y cuando lo termines pienses en mí, en cómo las dificultades que creía incapaces de salvar fueron las que me despertaron y me trajeron a vivir el presente y disfrutar de todo lo que me estaba perdiendo. 

Aunque no nos hayamos visto nunca, soy tu amiga, dime qué necesitas, en qué puedo ayudarte y te daré la mano para que consigas la vida que te mereces, me tienes a un solo click en @_noesundrama


Y te pido por favor, no dejes que otros tomen las decisiones de tu vida y así no te arrepentirás ni pensarás en QUÉ HABRÍA PASADO SI…


12/13/21

Esta es la primera vez en 9 navidades en las que no estoy con mis hijos. Por supuesto, ahora los niños tienen dos casas, con sus dos árboles de Navidad, y sus dos familias que celebran y viven las fiestas con mucha ilusión, y al igual que el Ratoncito Pérez, los Reyes Magos también le traen regalos a sus dos hogares. 




Pero las traiciones se hacen de forma diferente y entre su papá y yo decidimos qué esa noche que para mí es la más mágica y especial del año la pasaran conmigo, hasta este año que no va a poder ser. 

Y no os voy a negar que es duro, envolver y colocar los regalos bajo el árbol a las 6 de la tarde, sabiendo que nadie vendrá a pillarte con las manos en la masa, que no hace falta poner los vasos de leche con galletas ni el agua ni el pan para los camellos es duro, no dejar los zapatos limpios para que sus majestades sepan quien vive en esa casa...

Son tradiciones que queremos que seguir cumpliendo, pasen los años que pasen, y pasen las cosas que pasen.

Siempre, desde que tengo conocimiento de que sería madre, tengo una regla. 4 regalos por niño.
Uno que él decida y que le haga verdadera ilusión, otro que necesite, algo de ropa y un libro.

Desde que estaba embarazada de J, pedía a mis familiares uno de esos regalos, para que cumpliéramos todos con la regla de los 4 y todos estuviéramos contentos.

Pero desde hace 3 años, ya no estábamos todos juntos y ellos decidieron que lo que llevábamos haciendo desde que nacieron, ya no tenía valor.

Y no fue solo la familia política, sino que la mía propia también decidió que no iban a preguntar al niño (ni a la madre) que es lo que quería para Reyes,  por lo que la regla de los 4 regalos y la opinión de la madre ya de poco valían.

El año pasado nos juntamos con 9 regalos para cada niño, aunque su padre y yo nos pusimos de acuerdo para hacer la carta conjunta (al menos que no se duplicara ningún juego) Pero os diré que en Marzo, nada de lo que sus Majestades habían decidido traer le habían dado uso. 

Y por qué os cuento esto, pues porque como dice Marta de Tribu Magnolia, no importa el día, sino estar con la familia, y si no puedes estar en Nochebuena o el día de Reyes, puedes igualmente hacer que cualquier día sea especial si le pones ilusión. 

Yo seguiré escribiendo la carta que sus majestades dejan todos los años a mis hijos, explicando el porqué de esos regalos. 

Y el día que vengan a recoger sus regalos, cogeré a mis niños y escribiremos juntos la carta de agradecimiento de ellos hacia los Reyes Magos, porque estemos juntos o separados la tradición de contestar, pienso seguir manteniendola.


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