7 Cosas que necesitas saber antes de divorciarte (parte1)

Con 18 años conocí a un chico, 5 años después me casé con el, creyendo que era mi alma gemela, creyendo que juntos seríamos como "los Increíbles", creyendo que era la parte que me faltaba para que mi vida fuera perfecta. 

10 años después, con casi 33 años, marqué por primera vez en un formulario la casilla de "separado". 



Cuando te imaginas cómo será tu vida, o tu boda, tu Familia,... nunca acabe el pensamiento de que te divorciadas. Pero al final cómo a la mitad de la población ese paso también llega, y la verdad es que me parece increíble que aún a día de hoy sigue siendo un tabú o una lacra el haberte separado... Cuando todos tenemos en nuestro círculo cercano a alguien que ha pasado por eso. 

Por eso ofreciéndote la ayuda que a mí no me dieron en su día, te voy a contar lo que me gustaría que me hubiesen contado. 

Si hubiera sabido entonces lo que sé ahora, ¿habría evitado divorciarme?

No, absolutamente no.

Los caminos y decisiones que he tomado me ha llevado a donde estoy ahora, y estoy muy feliz. Pero habría manejado las cosas de manera diferente, no habría sido tan dura conmigo misma y habría mantenido la cabeza bien alta. 

1- El final de tu matrimonio no es el final de tu vida

Cuando cogí las maletas ya mis dos hijos sentí que había fracasado, sentí que estaba hundida, y que ya nada mi vida tenía sentido. 

Todas pensamos que el matrimonio es de por vida, y tomar una decisión de por vida cuando somos jóvenes no siempre va a funcionar ¿Quién no se ha equivocado con un tatuaje o al elegir una carrera? ¿Porque elegir una pareja iba a ser diferente? 

Si te casas cuando tiene 23 años, es posible que hayas vivido la vida durante 23 años, pero ¿cuántos de esos años ha sido realmente una adulta? 3? 5? ¿Menos?... 

Ahora pienso que al igual que te sacas el carnet del coche y tienes un año para asentar los conocimientos, cuando te conviertes en adulta también deberíamos de tener un periodo de reflexión, para meditar sobre las decisiones que tomamos.  

2- No has fracasado, has aprendido. 

Todos piensan que cuando algo sale mal es porque ha sido un fracaso, pero no recuerdan la primera vez que andas te la primera vez que te montaste en bici la primera vez que te subiste un patinete... Cuando te caíste te volviste a levantar no era un fracaso era una aprendizaje. 

Y por supuesto esto no iba a ser menos, yo aprendí lo que no quiero y todavía estoy en busca de lo que quiero. Aprendí mis límites, aprendí a respetarme y a quererme a mí misma, aprendí que mis hijos están por encima de todo, incluso de mi pareja o de su padre. 

Y sobre todo aprendí a decir que no a las cosas que realmente no quería. 

3- Las cosas se van a poner mucho más difíciles de lo que piensas, pero lo superarás.

Nuestra separación al principio fue muy cordial, por supuesto porque yo cedí en todo, tenía tantas ganas de irme, me quedaba tan poca fuerza para discutir, sobre todo tenía tanta ansiedad porque mis hijos empezarán una nueva vida libre y lejos, que le decía si a todo. A los turnos de custodia, a quién se queda con la casa, a pasar tiempo en familia juntos para que los niños no le echarán de menos, hasta pasamos las siguientes Navidades juntos... 

Hasta que un día me planté, y me dije a mí misma que esto no era sano ni para mí ni para ellos, reclamé mis pertenencias, tanto físicas como emocionales, y ahí fue cuando empezó la guerra. 

Por qué las personas que se ofenden cuando pones límites, son las que se aprovechaban de que no lo tuvieras, por eso desde el minuto uno te aconsejo que pongas límites, contacto cero, y una lista bien visible todo lo malo que te hacía sentir estar en esa situación para que no se te olvide. 

Y créeme que va a ser un camino lento lento, en el que dudarás muchas veces de estar segura de la decisión que tomaste, yo llevo 3 años y aún no he terminado... Y créeme que no termina sólo con la firma del contrato, ahí es donde empezará lo peor, las disputas, la custodia, las nuevas parejas, las nuevas familias... 

Aunque créeme si te digo que todo eso merece la pena, mucho más que estar en una vida que no es vida...


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Y creo que por hoy ya te he puesto suficientemente nerviosa, el resto te lo cuento en otro post. 

© No es un drama
Maira Gall